Magnificat

Je rêve à tout cela, dans le tiède brouillard nocturne…
Louis Bertrand
Dixit et ardentes avido bibit ore favillas
Martial

Ah, Desesperación. Qué lentitud, con qué
calma
clavas tus uñas de porcelana
alma adentro.
Tu blancura de lepra
se abre paso en mis nervios.
¿Desde qué abismo de mí mismo
esa salmuera de horror que tensa,
esa avasalladora sensación de gusto, santidad
de la angustia?
Refocilarme ahí,
esperar las heridas de esa
palpitación, interrogarlas
como los antiguos vísceras de las bestias.
La lucidez alumbrada por ese espasmo
es raíz de la vida.
Algo que me clava en la tierra,
indestructible, seguro. La custodia
del mundo.
Inviolable.
En el fondo
de ese horror, sé que hay algo
donde asirme. Esa embriaguez
inhumana
me hace libre.
Esta abyección no necesita a Dios.
Y me amo.
Amo esta radiante destrucción
más allá de la cual, al fin, ya no veo nada.