La única posesión

Se ha de borrar esta palabra cuando la miente otro.
En el instante en que se forman sus articulaciones
desaparecerá su sangre y el polvo quedará
como una tos en la garganta.
Es el principio de la muerte.
Antes de abrir al mundo las hojas de sus sílabas
todo el jardín de las especies
habrá ya marchitado.
Esta palabra es tuya y no debes dejar
que otros labios se empeñen en nombrarla.
Cuando la luna salga e incite a tu memoria
como lo suele hacer con tu emoción,
mantente firme y enmudece.
No caigas en la trampa de ayudar a morir
cuanto es naturaleza.
Sólo con tu palabra no estarás solo nunca
y la noche que enciende el firmamento
de tus entrañas
no será menos noche que la de ese paisaje
que te llama para que tu palabra
sea como las estrellas,
impenetrables y lejanas.
Guarda en el cofre oculto de tu ser el silencio
que reproduce su textura
y cuando expires por amor o por duelo,
piensa en la llave del tesoro
que olvidaste con todo corazón
dentro de la palabra.